CÓMO MEDIAR SITUACIONES POSITIVAS
DE APRENDIZAJE
Lorenzo Tébar
Belmonte
“Aprender es una actividad de transformación
de las representaciones preexistentes, transformación que reposa en la
apropiación de los instrumentos intelectuales (conceptos, modos de
razonamiento) que permiten la elaboración de nuevas representaciones”.
(BLIN, JF: 2004: pág. 59).
1.
CENTRALIDAD
DEL APRENDIZAJE
La diversidad del nivel de maduración y de
conocimientos de los alumnos, la motivación e implicación, así como los
recursos y autonomía de los centros, para responder a las dificultades de
compensación y nivelación de los alumnos, crea una permanente inquietud en
muchos docentes, al ver que no consiguen de sus alumnos los resultados esperados.
El profesor mediador conoce cuáles son aquellas
situaciones en las que debe orientar la actividad diaria para facilitar o para
provocar nuevas situaciones, conflictos o aciertos, en el trabajo de los
educandos. Presentamos en el cuadro una breve síntesis de los diez parámetros
que evocan principios de la psicología cognitiva y que son la clave del
acompañamiento y la orientación de los buenos mediadores. A cada una de estas
situaciones debe acompañarles una serie de indicadores que manifiesten su
operatividad y puesta en marcha. (BÖHM, W. y SCHIEFELBEIN, E. 2004).
Pero es imprescindible revisar, siquiera de forma
sintética la noción central que aquí se presenta que es la de aprendizaje.
Hallamos incontables definiciones que responden a constructos muy diversos.
Rápidamente acumulamos una rica taxonomía: adquirir, saber, adaptarse,
construir, relacionar, interiorizar… Pero ningún verbo expresa mejor el
fenómeno activo del sujeto y la serie de procesos que se implican en el acto de
aprender como el de “transformar”, que exige la participación activa del educando
en los procesos de elaboración que en él tienen lugar. Procesos esenciales de
percepción, elaboración, interiorización, asimilación, representación,
codificación, apropiación… marcan el carácter totalmente personal y dinámico de
la construcción del conocimiento. Al igual que en la ingestión y asimilación de
los alimentos, éstos se transforman en las calorías y vitaminas que nutren
nuestro cuerpo, repartiéndose por todo él de forma misteriosa en el fenómeno de
la homeostasis, así también el aprendizaje queda bañado por vivencias,
razonamientos y afectos producidos en lo más íntimo del ser, entrando a formar
parte de sus propia estructuras de conocimiento.
De esta manera queremos anticipar el carácter
creativo y adaptador de la tarea del docente para hacer más digerible y más
enriquecedor el estímulo o el contenido del aprendizaje. El manejo de estos
diez elementos no es secuencial, ni se exige la presencia de los diez pasos en
cada acto de aprendizaje. Se trata de una síntesis orientadora que el mediador
debe saber manejar para rentabilizar al máximo la enseñanza.
PROCESOS
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INDICADORES
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1.
ACOMODACIÓN-ASIMILACIÓN
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Controlar
los procesos de adaptación en la doble etapa de input y elaboración del
aprendizaje, para conocer qué procesos emplean los alumnos para captar y
asimilar los estímulos.
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2.
SUSCITAR
INTERÉS
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Por
la presentación novedosa y atractiva de los contenidos, diversificando las
modalidades y los contextos. Concentrar atención en los puntos esenciales.
Provocar éxito que lleve a la motivación.
Rompiendo
las barreras del aprendizaje: Dificultades personales e implicación en las
tareas
|
3.
ENSEÑAR
ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE
|
Crear
técnicas que lleven a los automatismos, facilitadores del trabajo, evitando
errores, acelerando la ejecución y logrando la plena eficacia con el menor
desgaste. Dar seguridad cristalizando aprendizajes.
|
4.
FACILITAR LA
COMPRENSIÓN
|
Ayudar
a encontrar relaciones, elaborar esquemas, desarrollar analogías e
inferencias lógicas con diversos parámetros. Organizando y clasificando la
información. Elaborarla y transformarla en distintas modalidades.
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5.
DIVERSIFICAR
SITUACIONES DE APRENDIZAJE
|
Elevando
la complejidad. Usar códigos y símbolos diversos. Provocando el conflicto, el
enfoque lateral y el cuestionamiento. Elaborando antítesis.
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6.
DESARROLLAR
HABILIDADES COGNITIVAS
|
Planificar
la realización de diversas actividades que exijan a los alumnos elevar
procesos de abstracción y una amplia taxonomía de operaciones mentales.
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7.
APROVECHAR LOS
ERRORES PARA APRENDER
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Hacer
seguimiento de las D.A. de los alumnos. Medir el grado de tolerancia al
conflicto y a la frustración. Descubrir la causa de los errores y resolverlos
desde diversos puntos de vista y técnicas adecuadas.
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8.
ELEVAR EL
NIVEL DE ABSTRACCIÓN Y METACOGNICIÓN
|
Tomar
conciencia de por qué aprendemos, cómo logramos el éxito y por qué cometemos
errores. Desarrollar interiorización: conciencia sobre nosotros mismos, sobre
los contenidos y los métodos seguidos para resolver problemas o tomar
decisiones.
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9.
APLICAR LOS
CONOCIMIENTOS
|
Descontextualizar
los aprendizajes.
Buscar
situaciones interdisciplinares. El transfer de los aprendizajes revela la
auténtica adquisición del aprendizaje y su utilización en la vida.
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10. ELABORAR SÍNTESIS, CONCLUSIONES Y PRINCIPIOS.
|
El
proceso de elaboración y de abstracción del alumno debe llegar al máximo
nivel en el insight.
La
extrapolación y generalización es un razonamiento inductivo que exige conocer
la extensión de la aplicación de los datos manejados.
|
La
creación de condiciones favorables para el aprendizaje
constituye una de competencias más notorias de los buenos docentes. Ésta
tendría que ser una de las prácticas que más se deben cuidar en la formación de
los futuros docentes y en la renovación de aquellos que ya militan en las aulas
(BLIN, JF, 2004). Dar protagonismo al alumno, que es quien realiza el
aprendizaje, implica para el profesor perder centralidad y monopolio en el
aula. Las necesidades de los alumnos deben ser hitos que sugieran el ritmo a seguir
en la intensidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Podríamos brindar una lista interminable de estrategias
de aprendizaje, que completaran esta lista de procesos, para lograr que
aparezcan éstos y otros indicadores, pero cada profesional conoce las tácticas
de su especialidad, las técnicas más eficientes, los automatismos
imprescindibles, los algoritmos y heurísticos, las dinámicas que mejor pueden
llevar a la motivación y a la comprensión de los alumnos. En la mutua
intercomunicación de todas estas mañas está la riqueza de la comunidad
que, comparte, aprende y que trabaja en equipo. Los buenos educadores
saben que en esta síntesis final está el secreto del paradigma del cambio
educativo que la enseñanza está reclamando.
2.
DIVERSIFICAR
LOS APRENDIZAJES
La riqueza de los aprendizajes está condicionada por
una serie de variables que el profesor no puede controlar, como sucede con los
determinantes del fracaso escolar. Pero la profesionalidad en el aula debiera
ser la primera condición para asegurar la eficacia del docente, al igual que,
por analogía, entendemos que las operaciones quirúrgicas exitosas se deben a la
pericia de los cirujanos o la maestría de una orquesta se prueba por la ejecución
armonizada de cada uno de los músicos. La piedra de choque será, sin duda, la
formación permanente y la coordinación de fuerzas y técnicas.
Avanzando en las respuestas del aprendizaje a la
diversidad en las aulas, necesitamos admitir los diferentes niveles de
conocimiento, los variados ritmos de asimilación, los estilos plurales de
aprendizaje y de implicación intelectual. La atención a la diversidad
y el esfuerzo por luchar contra toda forma de exclusión lleva a la escuela, y a
la enseñanza, en general, a buscar formas de diversificación, ayudada por las
nuevas tecnologías, que permiten una elección y profundización absolutas para
asegurar mayor implicación y comprensión de los alumnos. Existen propuestas
exitosas: trabajos por proyectos, aprendizaje cooperativo, resolución
de problemas, mediación entre iguales, que motivan y crean múltiples y ricas
formas de interacción, en beneficio de otros valores relacionales, además de
los puramente cognitivos. (PETITCLERC, J.M. (2007).
En los aprendizajes no podemos descuidar los
prerrequisitos, muy frecuentemente olvidados entre los docentes, que apelan a
aquellas disfunciones o dificultades de aprendizaje para acceder a los
estímulos, en cualquier modalidad como se expresen (FEUERSTEIN. R. 1980). No
podemos dejar de entender que el ser humano es un animal simbólico, abierto a la
creatividad, a la imaginación y a la proyección de una incontrolable gama de
relaciones, según sus vivencias previas y sus intereses. Por esta misma razón,
el profesor mediador, debe ser muy flexible a la hora de presentar los
contenidos con diversidad de modalidades. Este enfoque crea conflicto cognitivo
y desequilibra a los alumnos, de ahí que también deba conocer el nivel de
tolerancia a la novedad y a la frustración, para evitar la excesiva extrañeza y
la distancia con los conocimientos previos.
El dilema enseñanza-aprendizaje sólo puede salvarse
por la constante adaptación de los procesos: acomodación y asimilación, en
lenguaje piagetiano (PIAGET, J. 1971). Empezando siempre por el esfuerzo del
aprendiz por decodificar, captar los estímulos y comprender su significado para
relacionarlo con su bagaje de conocimientos previos; después vendrá el proceso
de elaboración, comprensión, proyección de relaciones, transformación y
estructuración en los esquemas mentales del educando.
Aunque pueda parecer reiterativo, gustamos de
suscitar una mediación provocadora, queriendo aludir a la novedad, riqueza
de estímulos y diversidad de situaciones que llaman la atención, hacen
atractiva y amena una lección. El educando tiene un sinfín de referentes que
bombardean sus sentidos para atraerlos al consumo o al goce. ¿Por qué la
enseñanza no debe aprovechar esta inmensa riqueza que la puede aportar la
interdisciplinariedad y la creatividad del docente mediador?
3.
EL
MÉTODO O LOS PASOS ESENCIALES PARA APRENDER
No estamos hablando de un aprendizaje cualquiera,
sino de la búsqueda de sentido, hablamos del aprendizaje significativo (Ausubel,
D. P., Novak, J. D. y Hanesian, H. 1989) que lleva su aplicación a otros
contextos, que salta a la transferencia, como trampolín de abstracción y de
plena comprensión. Los mediadores deben conocer bien la aplicación del insight y la
metacognición, como los procesos culminadores del auténtico
aprendizaje. La construcción de la mente y la formación por competencias no han
llegado, en la mayor parte de situaciones de enseñanza a estos peldaños de la
abstracción mental.
Buscar métodos en las aulas hoy es como buscar una
aguja en un pajar. Los libros aparecidos recientemente lanzan pistas, las
didácticas se refugian en sus muros, pero no se apunta a un marco pedagógico
referencial que recoja un mínimo de pasos que permitan escalar la ascensión al
saber. La pregunta cae por su propio peso: ¿Qué método enseñamos a los alumnos
para que aprendan a aprender con autonomía? No estamos hablando de ningún campo
minado, ni de un corsé esclavizante. Nuestra propuesta nace de haber constatado
la situación de indigencia de muchos estudiantes, y la necesidad de estructurar
un mínimo de elementos que responden al CÓMO el docente enseña, cómo colabora,
organiza, estructura la enseñanza para ayudar a los alumnos a aprender a
aprender. (MARTÍN,
E. y MORENO, A. (2007).
En estos procesos resulta enriquecedor el paradigma de la mediación.
Si hoy prevalece en la psicología del aprendizaje el
enfoque constructivista, el desarrollo de estructuras mentales, la forja de una
inteligencia
fluida (Cattell) frente a una inteligencia cristalizada por la
concentración sobre los contenidos, concluimos que nuestras mediaciones se
deben orientar a formar la mente antes que llenarla de contenidos. Somos
conscientes de la ruptura que esto significa y el cambio mental que exige para
muchos docentes, al tener que desplazar el centro de gravedad de sus
actividades de los contenidos a la actividad interiorizada de los alumnos, de la
centralidad del libro al protagonismo de las habilidades cognitivas o de las
operaciones mentales, una amplia taxonomía que el docente debe dominar,
saber proponer y que los alumnos deben realizar. Aquí ciframos una de las
grandes aportaciones de la mediación, de igual manera que evocamos uno de los
grandes olvidos de los teóricos sobre las competencias. (REY, B. et alt. (2006).
Este es uno de los conflictos mayores del cambio
pedagógico de nuestro tiempo. Se trata de comprender qué pasa en el mundo interior del
educando para potenciarlo, para saber planificar y modificar
situaciones nocivas o que llevan al fracaso. También se exige saber construir
lentamente el edificio cognitivo-afectivo-social que conlleva una gama de
interacciones imprevisibles, según la personalidad de cada educando.
Aventurar ahora una solución induce a error. Tomar
un camino u otro en la vida –un método- debe ser el fruto de una previa
reflexión. El método es el resultado de poseer un buen fundamento teórico (PIAGET,
J. 1971). No podemos imponer un único método a nadie, so pena de llevarlo
ciegamente a ninguna parte. Todo profesor debe saber por qué enseña de una
manera y no de otra. Pero aquí está el ausente debate pedagógico que permitiría
una mayor innovación y riqueza de elementos didácticos para los alumnos.
Es incuestionable la pericia de muchos docentes en
sus aulas, pero no es menos proverbial el inmovilismo de la escuela y la escasa
innovación en el mundo educativo, siempre a la rémora de los cambios
tecnológicos y sociales. La sociedad del conocimiento exige a los docentes, con
argumentos reiterados (ver los resultados de la Evaluación 2006 de
PISA-OCDE), que se extienden a las
políticas educativas de los diversos países, para que la escuela sea más
creativa, se abra más a los hallazgos que las ciencias aportan al mundo del
aprendizaje. La resistencia al cambio denuncia una falta de plasticidad y de
seguridad personal en los docentes. (ESCAMILLA, A. 2008).
Esta propuesta no puede llevar a engaños. La
experiencia formativa ha demostrado la necesidad del conocimiento de la teoría y la
práctica de la mediación para poder asimilar y aplicar la mediación en
el aula. Resulta engañosa y trivial la información que se reduce a presentar
los puntos nucleares y los ejes de una teoría, cuando la aplicación de llevarse
a la inmersión en el aula, para que la transformación de la didáctica de las
materias curriculares puedan enriquecerse de los principios y técnicas de la
mediación.
Necesitamos remitir, en honor a la brevedad de esta
introducción orientadora, a nuestra propuesta metodológica (Tébar, L.
2003), inspirada en los elementos del mapa cognitivo de Feuerstein e
incrementada en nuestro estudio con las aportaciones de la didáctica general (FEUERSTEIN.
R. 1980 y 1988). Nuestra propuesta responde a una integración de los rasgos del
perfil del profesor mediador (32) en los pasos o etapas fundamentales del
método, en torno a 10 parámetros. En el cuadro queda reflejada la síntesis y
correspondencia entre los dos bloques.
Existe consenso en el ámbito educativo para admitir
que enseñar a aprender y enseñar a pensar debe constituir una misma tarea
dentro del desarrollo del currículo y con cada una de las disciplinas. Esta es
la nueva revolución del cambio pedagógico que aquí apuntamos y que venimos
desarrollando con paciente empeño.
_________
Referencias
bibliográficas:
Ausubel, D. P., Novak, J. D. y
Hanesian, H. (1989). Psicología
educativa.
Un
punto de vista cognitivo. México: Trillas.
BLIN,
J.F. (2004): Classes difficiles. Paris:
Delagrave.
BÖHM,
W. y SCHIEFELBEIN, E. (2004): Repensar la
educación. Bogotá: U.P Javeriana.
ESCAMILLA,
A. (2008): Las competencias básicas.
Barcelona: Graó.
FEUERSTEIN, R, et alt. (1980): Instrumental Enrichment. An Intervention Program for Cognitive Modiafiability. Glenview, Ill. Scott, Foresman and Company.
FEUERSTEIN, r. RAND, Y. y REYNDERS, J.E. (1988): Don’t accept me as I am. Helping “retarded”
poeple to excel. Neuw UYork: Plenum Press.
PETITCLERC, J.M. (2007): Lettre ouverte à ceux qui veulent changer l’école. Paris:
Bayard.
REY, B. et alt. (2006): Les
compétences à lécole. Bruxelles: De Boeck.
MARTÍN, E. y MORENO, A. (2007): Competencia
para aprender a aprender. Madrid: Alianza.
PIAGET, J. (1971): Psicología y
Epistemología. Barcelona: Ariel.
TÉBAR,
L. (2003): El perfil del profesor
mediador. Madrid: Santillana.
(2007): El profesor mediador del
aprendizaje. Santiago de Chile: Arrayán.
(2009): El profesor mediador del aprendizaje. Bogotá: Magisterio.
(2009): El profesor mediador del aprendizaje. Bogotá: Magisterio.
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