"El paradigma de la Medición como
respuesta a los desafíos del Siglo XXI"
Lorenzo Tébar Belmonte
Lorenzo Tébar Belmonte
EL PARADIGMA
DE LA MEDIACIÓN COGNITIVA EN CUESTIONES
"Resulta difícil no actuar, pero
es fácil no educar.
La pedagogía es la fascinación por el crecimiento del otro.
La autoridad pedagógica es la responsabilidad que el niño concede al adulto"
(Max van Manen).
La pedagogía es la fascinación por el crecimiento del otro.
La autoridad pedagógica es la responsabilidad que el niño concede al adulto"
(Max van Manen).
Los cambios educativos en la sociedad multicultural, globalizadora, de la información..., obligan a la escuela a reencontrarse, a restaurar su interior y a repensar su sentido y su función social. La escuela hoy necesita entender y redefinir su razón de ser. La propuesta de una nueva matriz conceptual o paradigma (T.S. Kuhn) exige elaborar una constelación de convicciones, valores, modos de proceder, creencias, teorías y técnicas, compartidos por los miembros de una sociedad. La mediación es el nuevo paradigma integral para redefinir la Pedagogía y la Psicología del aprendizaje, que puede transformarse en esperanza educativa de futuro (R. Feuerstein, 1980).
Admitimos, de entrada, la pertinencia de la Mediación
para reorientar y enriquecer el trabajo pedagógico por varios motivos:
a) porque se trata de un trabajo en el
que la dimensión relacional es esencial,
b) por la doble competencia de la mediación para ayudar al alumno en su aproximación a los saberes, y en su labor de modelo para interpelar y reestructurar los esquemas de conocimiento;
b) por la doble competencia de la mediación para ayudar al alumno en su aproximación a los saberes, y en su labor de modelo para interpelar y reestructurar los esquemas de conocimiento;
b) por ser un concepto complejo que
implica procesos y roles plurales en el docente;
c) y por ser un concepto clave en la
orientación de las Reformas Educativas y en las corrientes de la Pedagogía
actual, que explicita el rol del mediador, estudia el trabajo cognitivo exigido
al alumno y construye un marco idóneo para conseguir las metas educativas.
Con el fin de lograr esta aproximación clarificadora
daremos respuesta a algunas cuestiones centrales sobre la mediación cognitiva.
Al definir estos términos fundamentales estamos concretando algunos rasgos del
perfil del profesor-mediador, que pone en acción el paradigma de la mediación
cognitiva en el aula.
1. ¿QUÉ ES LA MEDIACIÓN COGNITIVA?
La mediación es un estilo de interacción educativa,
orientado por una serie de creencias y principios antropológicos y
psicopedagógicos. Tiene su fundamentación en la obra de Piaget, Vygostski, Feuerstein,
con múltiples coincidencias con la de Ausubel, Bruner, Sternberg, Cattell,
Gardner y otros psicopedagogos actuales. Es un concepto social porque implica
transmisión de cultura, códigos, valores y normas. Tiene una dimensión
educativa porque actúa con intención de intervenir sobre las competencias
cognitivas de los alumnos. Pero va más allá de una simple interacción, para
llegar al reencuentro, a la confiada aceptación e implicación en un proceso
transformador, modificador y constructor de la persona. No se da sino en la
recriprocidad del hombre para el hombre, para llegar a descubrir la esencia de
sí mismo y la esencia de las cosas.
Es mediación cognitiva porque debe ser consciente,
significativa, recíproca, intencional y trascendente. Esto exige que el
educando conozca los procesos que genera. No es reencuentro sino acción entre
dos, experiencia de ser y de crecimiento. No hay imposición, sino cercano
acompañamiento y selección de las óptimas condiciones para acceder a los
aprendizajes.
2. ¿POR QUÉ LA MEDIACIÓN EN LA ESCUELA DEL SIGLO XXI?
La escuela es el lugar privilegiado para la mediación
y la socialización de la persona. La escuela debe ofrecer oportunidades de
desarrollo de todas las formas de inteligencia de la persona y potenciar a cada
educando según sus capacidades. Los educadores deben ser conscientes de la
necesidad actual de equipar a los jóvenes con los prerrequisitos para
aprender, hacerles flexibles ante el cambio, la importancia de la
inteligencia para la adaptación del ser humano en la revolución tecnológica y
el cambio cultural. La escuela debe ser responsable de dar al ser humano cuanto
necesita para saberse adaptar.
El quehacer educativo es compromiso de una libertad al
servicio de otra. La mediación es dar crecimiento, es encuentro potenciador,
en el que la responsabilidad del educador comienza donde comienza la libertad
del otro. Por eso la educación es afirmación incondicional del otro, la
voluntad eficaz de colaborar en el despertar de su conciencia. Ninguna vida
crece ni se supera sin educación. La educación es el lugar por excelencia donde
se prepara el choque con el futuro incierto y desafiante. Es preciso que los
árboles tengan profundas raíces para cuando los azote el vendaval.
La mediación, si no se sabe anticipar a los retos del
cambio, sí debe estar abierta y asumir con creatividad los imperativos de una
sociedad en permanente transformación. La sabiduría de los mediadores debe
contar con un sentido optimista e integrador del pluralismo cultural, religioso
y humano que cada día se plasma más en las aulas. Esta visión positiva de los
problemas, del choque cultural en el mundo globalizado, es un auténtico
talismán, como el que inspira la filosofía de Popper (Id. p. 164).
3. ¿CÓMO SE MANIFIESTA EL ESTILO MEDIADOR?
En ciertas profesiones se ha destacado el sentido
vocacional, además del profesional. Platón decía que el amor se expande y
se transforma en procreador y educador. Por eso alguien dijo que "para ser
educador hay que amar la vida". La educación supone un "simbólico lento
holocausto": dar la vida para que el otro crezca, sin mengua de sentirse
pobre ante la riqueza del otro. Esta es la actitud noble y la condición del
buen educador.
La herramienta insustituible que generará esa vida
será la palabra. En educación es antes la palabra que la norma. El mediador
debe conseguir la empatía y aceptación total por parte del educando.
El educador sabe que nunca se enseña de "una vez
por todas", sino que educar es esperar paciente la respuesta del otro.
Educar es llevar al niño fuera de su presente sin límites, es descentrar el yo
para abrirlo a horizontes nuevos y afrontar los conflictos educativos con
seguridad.
La creatividad debe impregnar constantemente las
respuestas educativas que el mediador dé a los problemas educativos de los
alumnos. La atención solícita a la diversidad de necesidades se impone en una
sociedad cada vez más abierta y dinámica.
4. ¿PUEDE AYUDAR LA MEDIACIÓN A LA CALIDAD EDUCATIVA?
La complejidad de la tarea educativa se afronta desde
una simplificación de sus metas, reduciendo la calidad a unos resultados
académicos y a unos títulos finales. La calidad debe estar sometida a
criterios, que deben evaluarse también de forma cualitativa, además de
cuantitativa. La calidad no puede olvidar dimensiones fundamentales de la
persona, como son sus valores humanos honestos y sus saludables relaciones
sociales. La calidad de los medios pedagógicos nos permitirá diferentes topes
de calidad y las diversas ofertas formativas, pero será siempre el clima de
relaciones de la comunidad escolar la que mejor permita definir los índices de
calidad conseguidos.
La dimensión trascendente de la educación exige que la
escuela mire al futuro, ya que los educandos se deben preparar para afrontarlo
con garantías, por eso el sentido de la educación se lo da esa transmisión de
saberes, valores, normas... revitalizados con sabor y visión de futuro.
5. ¿QUÉ APORTA EL PARADIGMA MEDIADOR AL DOCENTE?
Los elementos relacionales y de interacción dan a la
dimensión psicopedagógica del mediador un elemento profesionalizador. La
mediación abarca a todas las facetas de la persona, por lo tanto exige una profesionalidad
completa y en constante actuación. Pero hay que destacar las exigencias
interpersonales que intervienen en el triángulo de relaciones (Alumno -
Mediador - Objetivo/contenidos) las que dan un sentido y motivación de
educador, sin excluir ninguna faceta, sino, al contrario, permitiendo al
docente la realización de todas sus potencialidades humanas y profesionales.
El mediador necesita saber conjugar en perfecta
simbiosis la doble dimensión pedagógica (plan de acción, procedimientos,
métodos y estrategias) y la psicológica (inteligencia, comprensión de los
contenidos y estructuración de los esquemas de pensamiento) con plena
competencia.
El paradigma mediador aporta además, una serie de
elementos, tanto teóricos como didácticos, para comprender y enriquecer el
desempeño docente. Desde una clara estructuración del plan de una lección,
sintetizado en el mapa cognitivo, a las herramientas estratégicas y técnicas de
trabajo intelectual peculiares de la mediación. Pero serán los Criterios de la
Mediación y el amplio esquema de funciones cognitivas y operaciones mentales,
los elementos básicos que ayuden al mediador a hacer de su labor docente una
auténtica profesionalización de la educación.
La educación necesita la inyección de los valores
imprescindibles para formar personas que se sientan aceptadas, acogidas y
potenciadas para crecer como seres libres, solidarios y con un alto sentido
ético y social. El paradigma mediador puede aportar su riqueza para refundar la
escuela sobre la fraternidad y la esperanza.
6. ¿CÓMO RESPONDE LA MEDIACIÓN A LAS DIFICULTADES DE
APRENDIZAJE Y AL FRACASO ESCOLAR DE LOS ALUMNOS?
La profesionalidad del profesor-mediador encuentra un
constante desafío en saber identificar y definir las causas de los problemas
que entorpecen los procesos educativos. La educación no es un camino lineal,
sino tortuoso, lento, que, incluso, exige retrocesos, olvidos y modificaciones
profundas. Así pues, la aceptación y la comprensión de las limitaciones de los
alumnos ponen a prueba la capacidad de empatía del mediador.
El mediador precisa contemplar todo problema desde
diversos ángulos. Para ello debe echar mano de su experiencia, de los equipos
interdisciplinares profesionales, de los compañeros y de la misma familia,
para acertar en las terapias, nuevas expectativas y exigencias sobre cada
educando. La dosis adecuada de esfuerzo debe conducir a la experiencia de éxito
y a la motivación.
El conocimiento de los centros de interés de cada
educando, así como sus expectativas y posibilidades, son recursos que el
mediador tiene a mano para una orientación personal y para definir metas
adaptadas y sembrar nuevas expectativas.
7. ¿QUÉ DIFERENCIA AL PROFESOR-MEDIADOR DEL PSICÓLOGO,
DEL FILÓSOFO O DEL ESPACIALISTA?
Desde el código deontológico podemos definir los
elementos comunes que distingue el obrar de los profesionales de la educación.
Pero hay elementos derivados de los distintos niveles de formación, experiencia
y dedicación. Si aceptamos los diversos componentes culturales, vocacionales,
sociales, de la profesión docente, reconoceremos rasgos muy diferenciadores en
la forma de dinamizar las aulas. Por eso no existe un profesor-mediador ideal,
sino una tensión hacia un perfil que se enriquece por las capacidades,
disponibilidad y entrega de cada uno a la tarea educativa. Pero podemos
distinguir:
a) El profesor-mediador, dada su experiencia de aula, tiene
una visión más cercana y real de cada alumno. Conoce muchas facetas de su
personalidad y su desenvolvimiento en distintas áreas. Tiene información de sus
competencias transversales y de sus estilos cognitivos. La práctica diaria le
permite ser capaz de apreciar los microcambios que se producen en sus
aprendizajes de cada alumno. Este sentido analítico es una valor pedagógico
inestimable que posibilita un trabajo más adecuado y eficaz..
b) El psicopedagogo: Teóricamente debiera ser el
docente-mediador que mejor puede asimilar los diversos componentes del acto
educativo, ya que tanto se refiere a los aspectos relacionales, como cognitivos
y didácticos. En la mayor parte de los casos su labor orientadora sólo se llega
a consolidar y profesionalizar por el contacto directo en los aprendizajes de
aula.
c) El Filósofo: En su favor está la precisión y profundidad en el
despertar de los alumnos ante los saberes. Su labor tiene valiosos recursos de
pensamiento, de sentido ético, crítico, racional y de elaboración de los
procesos mentales. El dominio del método socrático es un arma de enorme riqueza
para potenciar el sentido, el significado y la toma de conciencia de cómo la
persona aprende a aprender y a pensar.
d) El especialista: Su aportación es imprescindible para
asegurar situaciones excepcionales que exigen orientación muy definida. La
discriminación y atención positiva a los diversos problemas precisa de esta
presencia cercana y cualificada. Pero no debemos dejar de subrayar la necesidad
de coordinación y trabajo en equipo para asegurar calidad y eficacia en las
respuestas educativas.
8. ¿QUÉ METODOLOGÍA ESPECIAL USA EL MEDIADOR?
La metodología de la mediación no excluye ningún
recurso sino que va integrando en los diversos procesos de
enseñanza-aprendizaje aquellos elementos que resulten más motivadores y
enriquecedores para el logro de las metas propuestas. Pero encontramos:
- El mediador es el experto organizador del aula. Su profesional conocimiento de los contenidos globales y de las metas finales, le da un rol imprescindible para organizar dichos contenidos según las posibilidades y necesidades de los educandos.
- Si bien el mediador no es depositario del saber, sí puede modelar muchos de los procesos de aprendizaje de contenidos y de estrategias.
- Una incesante actividad cuestionadora -estilo socrático- en el aula.
- Se simultanea el método inductivo y deductivo.
- El intercambio de modalidades en la presentación y elaboración de los contenidos: verbal, escrita, pictórica, simbólica, diagramas, esquemas, cuadros, tablas, gráficas...
- El mediador aporta sentido, interacción, trascendencia y aplicación de los aprendizajes a otras disciplinas y contextos.
- La función mediadora se hace imprescindible para lograr los aprendizajes exitosos que estimulen la motivación, refuercen y cristalicen los aprendizajes y eleven con tacto los niveles de complejidad y abstracción de los contenidos.
- La toma de conciencia de cómo se apropian los alumnos de los contenidos es ya una garantía para el proceso evaluativo sumativo y procesual, que dé auténtico valor al trabajo en el aula.
- Explícitamente la escuela debe atender a los procesos de aprendizaje para que el alumno adquiera plena autonomía y aprenda a aprender y a pensar.
- El proceso de enseñanza-aprendizaje debe ir confluyendo en el dominio de una mentalidad científica, donde la precisión, exactidad y apertura a la crítica garanticen la calidad de los aprendizajes.
9. ¿QUÉ SE PROPONE EL MEDIADOR CUANDO ENSEÑA?
Todo profesional de la educación sabe que el alumno
aprende con todo su ser: con todo su cuerpo, con sus afectos, su
atención y sus potencialidades. Por esto mismo, no debe pasar nunca por alto
conocer los prerrequisitos de este largo viaje de la construcción de la
inteligencia, sin olvidar ninguna de las otras dimensiones de la
personalidad.
En líneas generales podríamos afirmar que el mediador
se propone lograr unas metas, el éxito académico de cada alumno. Pero sería más integrador ayudar a
los alumnos a encontrarle pleno sentido a la escuela (Dévelay, M.). La
función de guía y
despertador que
distingue al mediador, le obliga a provocar constante interés, cuestionamiento
y trascendencia a cuanto va a fundamentar y enriquecer la vida del educando, en
todas las facetas del ser humano: intelectual, social, moral,
afectivo-motivacional, etc.
Si la formación pasa por el trabajo personal del
alumno, el mediador debe conseguir motivar e implicar al educando en las metas
que es capaz de conseguir con la ayuda del mediador. Para ello debe seleccionar
los nuevos contenidos en relación con los conocimientos previos del alumno, con
sus capacidades y sus potencialidades. La dosis de dificultad y novedad de los
nuevos datos pueden marcar el éxito o el fracaso del alumno.
El mediador hace de su función didáctica un constante
aproximarse-distanciarse para sondear la madurez del alumno y los pasos
hacia su total implicación y autonomía.
10. ¿CÓMO PUEDE CAMBIAR LA MEDIACIÓN EL ENTORNO
EDUCATIVO?
La escuela es comunidad de aprendizaje. El clima de
relaciones entre los profesionales, entre ellos y los alumnos y sus familias,
debe irradiar en su entorno y ser, a la vez, un elemento antropológico
fundamentador de todos los demás valores.
Teniendo en cuenta los cambios y crisis
desestructuradoras de la familia, la escuela debe asumir la función
socializadora que aqueja a otras estructuras de acogida: sociedad, familia,
amigos, trabajo, ocio...
El clima escolar con sus positivas experiencias
envolventes, debe ser el modelo referencial de pequeña sociedad que oriente sus
expectativas.
La escuela vive sumida en un entorno social concreto que debe conocer, integrar y transformar. La proyección de los valores vividos en las aulas debe tener su primer reflejo en el ambiente colegial y en el entorno escolar.
La escuela vive sumida en un entorno social concreto que debe conocer, integrar y transformar. La proyección de los valores vividos en las aulas debe tener su primer reflejo en el ambiente colegial y en el entorno escolar.
11. ¿SE PUEDE USAR EL ESTILO DE MEDIACIÓN EN LA
ENSEÑANZA DE CUALQUIER DISCIPLINA?
La mediación debe experimentar su peculiar
aclimatación a las diversas realidades humanas, psicopedagógicas, sociales,
etc. Cuando se habla de tacto educativo (Manen, M.V. 1988), suponemos la
presencia de un alto grado de sensibilidad que debe mostrar el mediador en cada
circunstancia. El mediador es, en su condición de adulto, quien debe mostrar capacidad
receptiva y flexibilidad ante las nuevas necesidades y problemas de los
alumnos. Cada disciplina exige el despliegue de una estrategias y
procedimientos específicos. Por lo tanto, los ritmos, métodos, desafíos y metas
se irán combinando en distintos procesos, que el mediador debe administrar con
sentido pedagógico.
La mediación, entendida como ciencia y arte, conlleva
una experiencia y asimilación de criterios y estilos que se deben adaptar de
forma conveniente. La experiencia de aprendizaje mediado (EAM) sólo
tendrá coherencia cuando logre conseguir en el aula un clima de relaciones
positivas, como si se tratara de una comunidad investigadora, laboriosa y cooperativa,
donde todos participan del rol mediador entre iguales.
Se plante en esta cuestión el tema último y resultante
de los procesos de enseñanza-aprendizaje: el transfer y aplicación de lo
aprendido en otros contextos de la vida. Para lograr implantar un proceso
mediador en cualquier disciplina se ha de crear un clima de relación, donde
imperan unidos elementos afectivos, cognitivos y vivenciales. Las escuelas
necesitan flexibilizar sus estructuras, el alumno debe ocupar el centro y ser
protagonista del aprendizaje, y el equipo docente debe responder a un estilo de
mediación basado en procesos continuos y no en resultados. Esto apunta a que la
escuela necesita realizar una transición de estar centrada en los saberes a
centrarse en la manera de enseñar y preparar al educando para que siga
aprendiendo toda su vida con absoluta autonomía.
12. ¿QUÉ SE EVALÚA EN LA MEDIACIÓN?
Toda evaluación debe examinar si se han conseguido las
metas propuestas. Pero en la evaluación debe atenderse, fundamentalmente, a los
procesos que han permitido unos resultados. Estos procesos siempre implican
cambios y avances en el desarrollo potencial del educando, la creciente
motivación y la autonomía del educando en su trabajo, una mayor profundización
en el insight y capacidad de aplicación de los aprendizajes a otras disciplinas
y contextos. El mediador debe mantenerse alerta para ser capaz de definir los microcambios
que se producen en el alumno como consecuencia de tu labor de acompañamiento.
La mediación debe revisarse en torno a los elementos
que la desarrollan en los diversos procesos de enseñanza-aprendizaje:
- Con relación a los procesos de conocimiento y adaptación a las necesidades de los educandos.
- Al aumento de la implicación y autoestima en los alumnos, por el éxito continuado ante los conflictos educativos.
- La reorganización de los esquemas cognitivos, la asimilación de las estrategias y los criterios coherentes y adecuados para juzgar y valorar su propio trabajo.
- Al logro de estrategias y trabajo autónomo la asidua aplicación del método de trabajo aprendido en el aula.
- A las competencias desarrolladas en diversos niveles de operatividad y de eficacia en sus tareas escolares.
- Al nivel de satisfacción y motivación con respecto al trabajo y a su persona.
· La complejidad del clima escolar exige delimitar una
serie de parámetros concretos, pero el estilo de relaciones
y de entusiasmo de los alumnos, la valoración y sentido de su trabajo, su
compromiso y voluntad por lograr resultados cada día de mayor calidad, será el
mejor termómetro de satisfacción y de eficacia mediadora.
Sugerencias Bibliográficas:
Feuerstein, R. (1980): Instrumental Enrichment. Glenview, Scott USA.
Kuhn, T.S.(1995): La estructura de las revoluciones científicas. México: FCE, 15ª ed.
Manen, M.V. (1998): El tacto en la enseñanza. Barcelona: Paidós.
Martínez, J.M. (1994): La mediación en el proceso de aprendizaje. Madrid: Bruño
Morin, E. (2000): Introduction à la pensée complexe. Paris: ESF. 7ª ed.
Popper, K. (1996): En busca de un mundo mejor. Barcelona: Paidós.
Prieto, M.D. (1992): Modificabilidad cognitiva y PEI. Madrid: Bruño.
Kuhn, T.S.(1995): La estructura de las revoluciones científicas. México: FCE, 15ª ed.
Manen, M.V. (1998): El tacto en la enseñanza. Barcelona: Paidós.
Martínez, J.M. (1994): La mediación en el proceso de aprendizaje. Madrid: Bruño
Morin, E. (2000): Introduction à la pensée complexe. Paris: ESF. 7ª ed.
Popper, K. (1996): En busca de un mundo mejor. Barcelona: Paidós.
Prieto, M.D. (1992): Modificabilidad cognitiva y PEI. Madrid: Bruño.
Tébar, L. (2003): El
perfil del profesor mediador. Madrid: Santillana.
- (2008): El profesor mediador del aprendizaje.
Bogotá: Magisterio.
-(2011): O perfil do profesor
mediador. Pedagogía de la mediaçao. Sâo Paulo: SENAC.
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